Saludo Pastoral: Amistad

Bendiciones a todos los jóvenes adultos cordilleranos y a todo aquel que visite nuestro sitio.
Una de nuestras características, sin lugar a dudas es la amistad, pero que es realmente ser amigos según la Palabra de Dios.
Los proverbios nos dan buenas ideas al respecto, en Proverbios 17:17 dice “En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.”. Este texto nos invita a preguntarnos que clase de amigos somos ¿Qué tan dispuesto estamos para entregarnos a quienes llamamos nuestros amigos?
La connotación de hermanos nos da la idea de cercanía, familiaridad, pertenencia, dice que un amigo pasa a ser tu familia en los momentos difíciles.
El sabio insiste en este concepto en 18:24, “El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.”, aquí la idea se acerca no solo al concepto de familiaridad en la angustia, sino en la compañía, en estar junto a mi amigo en cada tiempo, la amistad es contraria a la soledad.

La pregunta que debes hacerte no es cuantos amigos tienes, sino cuantos te consideran su amigo

Se cuenta la historia de dos amigos, uno de ellos le pondremos Juan y al otro Raúl, este relato no se si es realidad o fantasía pero tiene algo importante que decirnos.
Un día Juan recibió la llamada de su buen amigo Raúl, a Juan le alegro mucho la llamada de su amigo, Raúl le pregunta ¿Cómo estas? Y sin saber por qué, Juan le contesta: "Muy solo". "-¿Quieres que hablemos?", dijo Raúl. Juan respondió que sí y Raúl dijo: "¿Quieres que vaya a tu casa?". A lo que Juan respondió que sí. Colgó el teléfono y en menos de quince minutos Raúl ya estaba llamando a la puerta.

Juan hablo durante horas de todo, de su trabajo, de su familia, de su novia, de sus deudas, y Raúl, atento siempre, escuchó. Se les hizo de día, Juan estaba totalmente cansado mentalmente, pero le había hecho mucho bien la compañía y sobre todo que Raúl lo escuchara, que lo apoyara y lo hiciera ver sus errores.

Juan se sentía muy a gusto y cuando Raúl notó que Juan ya se encontraba mejor, le dijo: "Bueno, me voy, tengo que ir a trabajar". Juan se sorprendió y le dijo: "¿Por qué no me habías dicho que tenias que ir a trabajar? Mira la hora que es, no has dormido nada, te quité tu tiempo toda la noche". Raúl sonrió y dijo: "No hay problema, para eso estamos los amigos".

Juan se sentía cada vez más feliz y orgulloso de tener un amigo así. Lo acompaño a la puerta de su casa... y cuando Raúl iba hacia su auto, Juan le pregunto: "Y a todo esto, ¿por qué llamaste anoche tan tarde?". Raúl se volvió y le dijo en voz baja: "Es que te quería dar una noticia...". A lo que Juan le pregunta: "¿Cuál es?" Y Raúl contesta: "Fui al médico ayer y me dijo que estoy muy enfermo. Tengo cáncer." Juan quedo mudo...; Raúl sonrió y dijo: "Ya hablaremos de eso. Que tengas un buen día." Se dio la vuelta y se fue.

Juan pasó un buen rato hasta que asimiló la situación y se pregunto una y otra vez “¿por qué cuando él me preguntó cómo estaba me olvidé de él y sólo hablé de mí? ¿Cómo tuvo fuerza para sonreírme, darme ánimos, decirme todo lo que me dijo, estando él en esa situación? Esto es increíble.” Desde entonces la vida de Juan ha cambiado. Suele ser menos dramático con sus problemas. Ahora aprovecha más el tiempo con la gente que quiere. Teniendo como máxima de vida: "El que no vive para servir..., no sirve para vivir...".

Queridos hermanos, debemos aprender a ser verdaderos amigos, como la Biblia lo dice, en lugar de buscar verdaderos amigos, trata de ser uno de ellos.
Te invito a cultivar amistad a la manera de Dios con entrega, compañía, lealtad, presencia y afecto, habemos muchos que estamos esperándote.

Pastor Zamorano,
21 de mayo, 2008.